Si los científicos no pueden resolverlo, que lo haga un videojuego
Durante más de una década, la estructura de unas enzimas llamadas proteasas retrovirales, han puesto en jaque a la comunidad científica. Esta clase de enzimas juegan un papel fundamental en la forma en que el virus del SIDA madura y prolifera. Se han realizad intensas investigaciones para tratar de encontrar medicamentos que puedan bloquear estas enzimas, pero todo esfuerzo ha sido bloqueado al conocer con exactitud la estructura exacta de la molécula.
Llegados a este puento, la comunidad científica optó por proponer a este problema a los videojugadpres, y les desafió a resolver este problema a partir de Foldit: un juego online que permite a los jugadores colaborar y competir en la construcción de la estructura molecular de las proteínas.
“Queríamos ver si la intuición humana podría tener éxito ahí donde los métodos automatizados habían fracadaso”, comenta el Dr. Firas Khatib, del Departamento de Bioquímica de la Universidad de Washington.
Sorprendentemente, los modelos generados por los jugadores eran lo suficientemente buenos para que los investigadores puediesen determinar en pocos días la estructura de la enzima. Además, la superficie de la molécula destacó como un bueno objetivo para los medicamentos destinados a desactivar la enzima.
“Estas características proporcionan unas oportunidades excelentes para el diseño de fármacos antirretrovirales, incluyendo medicamentos para el SIDA”, escribieron los autores del artículo publicado en la revista Nature Structural & Molecular Biology. Los científicos y jugadores aparecen como co-autores.
Esta es la primera vez que los investigadores son conscientes de que los jugadores pueden resolver un problema científico complejo.
El videojuego Foldit fue creado por un grupo de investigadores de la University of Washington en colaboración con Baker Lab. Tal y como afirma el Dr. Zoran Popovic, profesor asociado de ciencias de la computación e ingeniería:
El objetivo de nuestro centro es resolver complejos problemas científicos que en la actualidad no pueden ser resueltos por equipos o computadores por sí mismos.
Este videojuego online, explota las habilidades espaciales de los jugadores para rotar cadenas de aminoácidos. Actualmente ya ha cautivado a miles de jugadores en todo el mundo, consiguiendo involucrar al público general en los descubrimientos científicos. Los jugadores empiezan en el nivel básico, “One Small Clash”, continúan con “Swing it Around” y alcanzan el nivel “Rubber Band Reversal”.
Vía | University of Washington
Videojuego Foldit | http://fold.it
Una nueva herramienta neurocientífica para el control y estudio del comportamiento.
Magnus, C., Lee, P., Atasoy, D., Su, H., Looger, L., & Sternson, S. (2011). Chemical and Genetic Engineering of Selective Ion Channel-Ligand Interactions Science, 333 (6047), 1292-1296 DOI: 10.1126/science.1206606
El equilibro de la naturaleza… no existe!!!!
Suena tan bonito pensar que la naturaleza es sabia, es buena y, sobre todo, que permanece en equilibro (un equilibrio que el vil ser humano se empecina en desestabilizar). Pero esta idea no es tan exacta como parece.
A pesar de lo que dicen algunas organizaciones ecológicas, en el mundo natural no existe algún perfecto estado de equilibro al que un ecosistema regresará después de ser perturbado por el ser humano. No hay armonía. Tampoco la vegetación natural cubriría cualquier superficie si se abandonara a su suerte (típica imagen que podría servir para un publirreportaje).
Por ejemplo, el lago Victoria estaba completamente seco hace 15.000 años. Inglaterra estaba cubierta de hielo hace sólo 18.000 años (hace 120.000 años era un pantano). La Gran Barrera de Coral era parte de una cordillera de montañas costeras hace 20.000 años. La selva amazónica no deja de autoperturbarse: caídas de árboles, incendios, inundaciones…
Tal y como lo explica Matt Ridley, de la Universidad de Oxford, en la naturaleza no hay equilibrio sino constante dinamismo, cambio, destrucción y feroz y egoísta competencia:
Tomen el lugar en el que estoy sentado. Supuestamente, su vegetación clímax es el robledal, pero los robles llegaron aquí hace tan sólo unos cuantos miles de años, reemplazando a los pinos, que habían reemplazado a los abedules, que habían reemplazado a la tundra.
Vía | El optimista racional de Matt Ridley